La curagua es una fibra blanca que ha sido utilizada durante muchos años por campesinos y artesanos venezolanos para la elaboración de hamacas y que tiene detrás de su producción toda una línea de procesos y técnicas que deben ser seguidas por conocedores reales de la planta, para que se pueda lograr una fibra de calidad.
Por tradición son los hombres los que se dedican a su cultivo y extracción, ya que es una dura tarea de la cual se prefiere dejar a la mujer fuera, para que ella se pueda dedicar a su trenzado, hilado y creación de objetos emblemáticos que marcan la cultura artesanal de Aguasay. Región que ha ganado gran reconocimiento por el uso de la curagua y el traspaso de técnicas que han venido de generación en generación. Logrando con ello toda una línea de identidad cultural, social y económica para todas las familias que conservan este hermoso hacer.
Por estas y muchas otras razones es que para el 2015 el “Comité de Patrimonio Inmaterial” ha inscrito el conocimiento, la técnica, el proceso de cultivo de la curagua venezolana en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad.
Un muy buen ejemplo para otros países, para darle la importancia a nuestros antepasados, a las costumbres que con el tiempo se han venido modificando, cambiando y hasta olvidando.